23...
Hay que ver lo que cambian las cosas de un año para otro. Eso sí, la lluvia del día 23 parece que se convierte en tradición. A pesar de ello, la salida no estuvo tan mal. Sirvió para reencontrarme con algunas personas a las que hacía tiempo que no veía y tenía ganas de volver a ver, aunque por determinadas circunstancias no se quedaron el tiempo deseado [alguna tuvo tela... (TOMA HACHAZO!), otra por robo (jejeje) y otra por incomprensión musical]. Pero vaya, las navidades son largas, y no te digo nada la vida. Dejando la salida de lado, el cumpleaños familiar también es digno de mencionar, con un almuerzo digno del Rey de Antequera (como diría mi abuelo), y una tarta de chocolate, vainilla y galletas; y un bizcocho, ¡qué rico!. El Madrid tampoco me podía fallar este día. En el fondo parece que el pastel apenas cambia, eso sí, pero siempre con su guinda. En fin, próxima parada, Noche Buena, "saca la bota, María, que me voy a emborrachá"
3 comentarios
duna -
besiKos!
Estefi -
Es que el village cerraba a las seis...jahm... y tu sabes a mi el villaage.... jijiji
Pero otro dia pa ti solico!
Siento haber estao tan poquitoooooo
muuua! felices 23!!!
ALI -