don limpio...
Olor a chorizito frito entra por la ventana. Es la ventaja de que tu habitación de al ojo patio. Bueno, hoy quería hablar de la higiene. Yo soy una persona muy pulcra (palabra que por cierto no suena nada a limpio). La sensación de bienestar que experimentas cuando te enjabonas y te enjuagas no se puede explicar. Es como si te desprendieses de todo lo negativo, como cuando le pasas el antivirus al ordenador y ves que no está infectado. Pero la ducha tiene un lado malo... Secarse. Secarse es el esfuerzo que tienes que hacer en compensación a lo de antes. Odio secarme. Tenían que inventar un aparato que soltase una ráfaga de aire que hiciese desaparecer el agua instantaneamente. El ritual de coger la toalla, secarse un brazo, el otro, una pierna, otra pierna, la otra pierna (en mi caso), la espalda y el pelo... y lo que es peor, tender la toalla para que se seque. Bueno, me voy a ir a duchar, aunque no sé si voy a secarme. En fin, estamos ya en navidad. Me voy al parque a ver los puestos y echar el rato.
3 comentarios
mako -
duna -
jajajaja
tas perdio canio!
pa tu cumple nos veremos, no? digo yo :-)
primita querida -
soy enjuta mojamutaaaa
PD. Eso ya me lo contaste a mi en Benicassim despues de ducharnos en las duchas esas de campo de exterminio
Si vas a los puestos gasta cuidao con los calamares gigantes