bili gueis...
Aún recuerdo aquellas navidades 97-98. Era la noche de reyes y yo esperaba encontrarme sobre la silla una Nintendo64, por aquel entonces un pepinaco de consola. Cuando bajé a ver los regalos me llevé una sorpresa. No estaba la Nintendo pero había un ordenador. Un Pentium 166, de lo mejorcito del momento. Me empecé a aficionar a los juegos y me vi en la necesidad de comprar una tarjeta gráfica, por aquella época denominada aceleradora (qué tiempos). La elegida fue una, atended, Voodoo 2 que pagué con mis ahorros, unas veinte mil pesetas. Esa suavidad de texturas, la desaparición de los píxeles, velocidad en los movimientos... ufff, lo flipaba.
Pero con el paso del tiempo (ya sabéis como va esto de la tecnología), el ordenador se me fue quedando pequeño y la necesidad de comprar uno nuevo era cada vez mayor. Me pasé un año intentando convencer a mis padres para que me comprasen otro. El tema se quedo flotando en el aire hasta que el 23 de diciembre de 2002, día en el que cumplí 18 años, mis padres me mandaron a mi habitación mientras maquianaban alguna sopresa. Y qué sorpresa... cuando salí, allí estaba él, el 'PEPINACOOOH'. Un Pentium IV a 2,4, tarjeta de sonido Creative con altavoces 5.1, tarjeta gráfica Gforce Nvidia 4400... no había juego, programa o 'Windorr' que se resistiese. Pero cuando más bueno es el ordenador, más doloroso resulta cuando se rompe alguna pieza. Disco duro, grabadora, fuente de alimentación, ¡TARJETA GRÁFICA!... fueron estropeándose y claro, tuve que ir sustituyendolos.
En fin, que ayer me entró mono de nuevo ordenador porque, aunque todavía tire, la verdad es que se me ha quedado algo anticuado. Y es que este año cumple ya 5 añitos, el mismo tiempo que transcurrió entre el primero y el que tengo. Las navidades pueden ser unas buenas fechas para autoregalarme uno, y la verdad es que por 500 euros puede comprarme algo apañado. El plan es comprar una torre nueva, meter todas las piezas en ella y hacer creer a mi hermana que le han regalado un ordenador nuevo. De esta manera salimis ganando todos: mi hermana, que tendrá un ordenador nuevo (para ella); mis padres, que no se dejarán las perracas; y yo, que tendré un pepinaco y el portátil de mi hermana que olvidará cuando tenga el 'nuevo'. En fin, hay que renovarse porque la tecnología no espera nadie. Sólo espero que si me lo compro, no hagan más actualizaciones hasta dentro de por lo menos 5 años.
En la foto el mítico Quake2. Cuántas horas de vicio.
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andrea -