pie con bola...
Nunca llueve a gusto de todos. Muchas veces quieres ser bueno, intentas que todos los que te rodean se sientan bien, pero cuando el círculo es demasiado grande es imposible satisfacer tanta demanda. Sobre todo, cuando cada cosa que haces te sale mal, aunque sea de manera inconsciente. Entras en un continuo debate: a quién de los dos tengo que soltar. No quisieras nunca soltar a nadie pero a veces hay que hacerlo. Pero hay días en los que los sueltas a todos, incluso, te sueltas a ti mismo y todo se vuelve en tu contra. No hay maldad en las acciones, todo es mala suerte. Qué hacer ante esto, pedir perdón, asumir la culpa y evitar que vuelva a ocurrir. Pero nunca sabes cuando te volverá a pasar porque no eres tú quien lo controla. En fin, los pequeños detalles son los que hacen grandes a las cosas; yo, hoy, he carecido de ellos. Como diría Chiquito: Una mala tarde la tiene cualquiera. Ahora a dormir, que esto pase cuanto antes.
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DuNa -