adaptarse...
Qué difícil me resulta dormir en otra cama que no sea la mía. La primera noche no suelo pegar ojo y no es hasta la tercera cuando empiezo a amoldarme. Creo que la principal causa, a parte de extrañar mi cama y mi habitación, es la almohada. No puedo dormir con una almohada gruesa. Pero bueno, no me importa sacrificar parte de mi sueño durmiendo en cama ajena, porque cuando lo hago es por una buena razón. Y no, hoy no tengo sueño (¿contenta? jeje), por ahora. Por otro lado, esta semana está siendo un poco rara. Entre que sólo trabajo de mañana, las tardes libres, el día de fiesta, salir de noche y dormir por la mañana, tengo un caos en la cabeza que me impide ver en qué día vivo. Sé que es jueves (aunque esta mañana cuando me desperté pensaba que era lunes) y que esta noche toca Pereza en la feria. Ya me he repasado las canciones y espero que toquen las que me sé. Caramelo... ¡cómo me gusta!. Nunca viene mal un poco de macarrismo. En fin, ya sólo me quedan cuatro horas. A lo mejor escribo otro post.
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DuNa -
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